El error más común en logística marítima (y cómo evitarlo).
- Ingeniería en Básculas
- hace 4 horas
- 2 Min. de lectura

Cuando una carga cruza el océano, no solo se enfrenta al trayecto, sino a múltiples variables que pueden dañarla incluso sin que nadie toque el contenedor: humedad, presión, movimientos por oleaje, cambios bruscos de temperatura o compresión entre tarimas. Y sin embargo, muchas empresas siguen eligiendo el fleje como si fuera un trámite más, sin estrategia ni personalización.
La realidad: el fleje es tu primer escudo.
¿Por qué es crítico en transporte marítimo?
Un fleje mal elegido o mal aplicado puede:
Reventarse ante el movimiento repetitivo del buque.
Oxidarse y contaminar la mercancía.
Romper el embalaje o deformar el producto.
Soltar cargas completas dentro del contenedor.
Esto no solo genera devoluciones: puede dejarte fuera de futuros contratos logísticos o internacionales por fallas en cumplimiento.
Cómo elegir el fleje adecuado
En Aplemsa, antes de sugerir un fleje, hacemos tres preguntas clave:
¿Qué tipo de producto se va a transportar?
¿Cuál es el peso y el volumen de la carga?
¿Qué condiciones ambientales enfrentará el envío (salinidad, humedad, duración, tipo de puerto)?
A partir de eso, recomendamos:
Fleje de acero: Alta resistencia, ideal para estructuras metálicas, bobinas, maquinaria pesada. Requiere recubrimiento si estará expuesto a humedad o atmósfera salina.
Fleje PET (poliéster): Flexible, resistente y más ligero. Funciona muy bien en rutas largas, contenedores mixtos o productos que se expanden/contraen con temperatura.
Fleje de polipropileno: Económico, para cargas más ligeras, embalajes internos o rutas sin tanto movimiento.
También nos aseguramos de que el equipo de aplicación sea el adecuado: una tensión mal distribuida o hebillas inadecuadas pueden arruinar incluso el mejor fleje.
Caso real:
Una empresa exportadora de electrodomésticos reportaba reclamaciones en Europa por productos golpeados. El análisis detectó que usaban flejes de PP en vez de PET, y que las tensiones variaban entre operarios. El cambio a un sistema automatizado con fleje PET y asesoría de Aplemsa redujo las devoluciones en más del 90%.
Comments